The New Yorker - Revista molona para culturetas

Los que me conozcáis ya sabéis que a mi eso de leer, ir a conciertos, exposiciones y hablar sobre arte, psicología, matemáticas, ciencias y cualquier cosa que no sea mi campo de actuación directo (aunque también me guste charlar sobre arquitectura) es una de mis grandes pasiones.

Como también sabéis he cruzado el océano atlántico para ir a parar a un pueblecito que sí, está cerca* de Nueva York, pero de lunes a viernes trabajo aquí.
Un pueblecito con algo así como 6000 habitantes de los que sólo he visto a 1000 y 990 son personas que tienen que ver directamente con la universidad, por lo que mis quehaceres no se ven en absoluto truncados por ningún acontecimiento espontáneo, muy diferente a mi vida en Madrid e incluso en Helsinki, donde la vida era mucho más "exciting"

Así pues, no me ha sido difícil encontrar un nuevo hobby al que dedicar mis escasas tardes libres (pese a vivir en mitad de la nada soy una mujer ocupada) ya que hace unos meses, en una fugaz visita a Tobago, una muy querida amiga y compi de trabajo aquí en Colgate, me habló de una "revista para culturetas" llamada The New Yorker que, según ella, me encantaría.

¡No podía acertar más!

Esta magnífica publicación semanal, de la que yo había oído hablar pero sin llegar a profundizar (ya que si hay algo que odio es leer en el ordenador... por eso a veces me pregunto si hay alguien que realmente lee mis blogs, pienso que sois más de mirar fotos, no?) trata sobre todo tipo de temas que están a la vanguardia en la capital del mundo.

Desde arte, exposiciones, poesía, cine, conciertos, restaurantes... hasta ingeniería genética, política, religión, deporte, economía, construcción... Cualquier tema que se trate entre estas suculentas páginas queda disparado inmediatamente al difuso limbo de la vanguardia neoyorquina.

Es, por lo tanto, un ameno pasatiempo que no he dudado en compartir con quienes disfruten del buen periodismo y de la vanguardia además de quien quiera practicar un poco de inglés, pues esta revista sólo se edita en el idioma anglosajón.

Lo más tendencioso sean, probablemente, sus viñetas, publicadas a concurso, muchas de ellas desechadas por su contenido excesivamente literal. Éstas, generalmente bañadas en sarcasmo, sacan a relucir esos temas de los que nadie quiere hablar pero que todo el mundo saben que están ahí.

Por mucho que se cumplan los estereotipos, en el país de las hamburguesas "a dolar" y los hipermercados "lava-cerebros", he encontrado en esta publicación un soplo de aire fresco que siempre es bienvenido para que no se duerman las neuronas y que desde aquí aconsejo.