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jueves, 20 de febrero de 2014

El día que me llegó una carta de Obama

Y es que esta mañana, cuando he hecho el chequeo habitual del correo, por si alguno de mis seres queridos decidía hacer mi día más ameno enviándome una cartita o postal (no pierdo la esperanza) me sorprende, junto a mi habitual revista del New Yorker, un sobrecito dirigido a mí, escrito a ordenador y cuando miro el remitente... Barak Obama


Ya sabía yo que esto iba del tirón al blog...

Evidentemente imaginaba que era propaganda electoral, pero estoy realmente sorprendida del nivel que esta disciplina, porque a este nivel creo que se puede denominar así, ha alcanzado en este país. La carta, está dirigida personalmente a mí, lo de "estimado ciudadano" aquí no se estila, así que empieza con un Querida Ana... La carta es digna de leer completa así que por aquí la dejo... (click en la imagen para agrandar)


    

Este especial misiva, además de tener joyas como Debes estar orgullosa de las cosas que hemos conseguido juntos o Entonces mi pregunta, Ana, es estas: todavía me apoyas?, venía acompañada de una pegatina que versa Yo todavía le apoyo (teniendo todavía una connotación más parecida a "le sigo apoyando") la cual Obama sugiere que la pegue en mi vehículo o en la ventana de mi casa (claro que sabe que tengo casa y no tengo vehículo...).

No hay que negar que son unos profesionales de la comunicación, que además se valen de la empatía no sólo para ganar afiliados si no también para recaudar fondos (ganar dinero, hablando en lenguaje de andar por casa). Y es que acompañando esta carta que roza el sentimentalismo, venía la respuesta ya lista para que yo rellene y la envíe. Eso sí, unos huecos muy monos para que escriba los dígitos de mi tarjeta de crédito (y que se paseen por un tercio del país) y se me sugiere que puedo donar desde $35 hasta lo que yo quiera.



    

De no ser porque actualmente dispongo de 1,92 dólares americanos en mi cuenta... pero no... la política no es mi campo, desde que intenté fundar la Plataforma de Acción Global (PAG) con 15 años, uniendo a los jóvenes de Izquierda Unida y del Partido Comunista en Cuenca y vi que aquello no había manera de encauzarlo he decidido dedicar mi vida a la arquitectura y la enseñanza dejando la política para otros, a poder ser, más profesionales. 
No es el caso de España, pero sí es el caso de Estados Unidos. Tendrán patatas fritas radioactivas con sabor "gofres y pollo" que destrozan el organismo pero tienen una política que sabe manejar a las masas que muchos envidiarían.

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