Winter at Colgate

No puedo evitar escuchar la canción de "Navidad-Navidad" cada vez que miro por la ventana. Y es que, a 18 de Febrero de 2014, el invierno en este pequeño pueblo del norte del estado de Nueva York experimenta el invierno en todo su apogeo.

El pasado viernes 14, Hamilton se quedó incomunicado, sólo el autobús del campus te podría llevar a Price Chopper, pero nada de viajes a NYC o cualquier otro sitio. La escuela se canceló y, aunque yo no salí de casa, por lo visto se llenó la calle con niños hiperglúcidos peleándose con sus trineos. Ambientazo.

Ayer, después de 4 días nevando como si se fuera a acabar el  mundo, salió el sol (lo que quiere decir que hacía un frío supino, ya que al no haber nubes corre el aire, por eso no nieva, porque hace demasiado frío para que precipite) el caso es que, como hacía sol, aproveché para hacer algunas fotos al campus. Todo lo que la mano me dio de si. Cuando el dedo meñique empezaba a doler tuve que dejarlo.

El campus está precioso, etc, pero hay que andarse con cuidado, hay algunos puntos en el campus que son realmente peligrosos como la cuesta de esta fotografía:

Conecta el edificio donde trabajo (Lawrence) con la biblioteca y los opearios de limpieza, que van en coche y no deben entender muy bien lo que es andar por aquí, echan sal en la cuesta. La sal derrite muy bien la nieve, pero como estamos a unos -12ºC (cuando no estamos a -20ºC)  se convierte rápidamente en hielo. Así que este tobogán de hielo es mejor evitarlo.

El resto del campus está más accesible, por lo menos cuando pasan las máquinas, aunque a veces te encuentras con montañas de nieve infranqueables que cambian tu recorrido.

Algo de agradecer, en comparación con Finalndia, es que hay muchas horas de sol y que la gente habla. Aunque eso último no sé si es bueno o malo...

De cualquier forma, este invierno está siendo muy especial, es el primero que paso como arquitecto y trabajar dando clase es algo que siempre había querido experimentar. Ahora que se acerca Mayo toca pensar qué haré el año que viene e intentar exprimir al máximo esta experiencia.

Por cierto que Franziska pronto será madre, estamos compartiendo nuestro año de profesoras visitantes muy intensamente, cada una con nuestro proyecto particular y la educación como proyecto común.

Hoy nieva de nuevo como si no hubiera mañana, a ver si en varios días puedo volver a sacar la cámara, mientras tanto, hago acuarelas de interiores...