Ensalada cultural

Fuimos aterrizando a cuenta gotas los 8 profesores adjuntos que este curso 2013-2014 protagonizamos el departamento de lenguas extranjeras en la Colgate University, un heterogéneo grupo de jóvenes estudiantes con nacionalidades cada una de su padre y de su madre, la ya recurrida mezcla de peras con manzanas, que nos encontramos habituándonos a la vida en este pequeño pueblo perdido de la mano de Dios en el norte del estado de Nueva York.

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Para quien pueda interesarle, este internacional equipo lo formamos un ruso, una china, una japonesa, un alemán, una española, una italiana, una francesa y un egipcio. Aconsejo hacer el ejercicio mental de imaginarnos inmersos en la América contemporánea profunda, donde los Amish van en carro por la carretera con sus deportivas nike, los estudiantes de universidad van Hammer al gimnasio, donde el supermercado más cercano está a 2 millas y donde se usa un sistema métrico diferente al nuestro por lo que no sabemos si 2 millas es mucho o poco... por no hablar de los galones, onzas, libras, las yardas o, ya el colmo, los grados fahrenheit.

Ni que decir tiene que la conversión de nuestro sistema métrico al que se utiliza aquí no es nada proporcional que se pueda calcular así de cabeza... NO.
Así que habrá hacer acopio del refrán (qué estereotipo, solucionar las cosas con refranes) si no puedes con el enemigo únete a él. y empezar a decir peso tantas onzas y mido noscuántos pies con tales pulgadas.

De esta manera, entre quehaceres y luchas métricas, este amable grupo de extranjeros pasamos bastante tiempo juntos como si se tratara de un chiste; "esto van un ruso, un francés, un italiano y un español..." o "un chino, un japonés, un alemán y un español..." o "un italiano, un árabe, un francés y un español..." y los finales son de chiste la mayoría de las veces.

Siendo el archiconocido choque cultural el gran protagonista las experiencias que a continuación relato, en las que daré nombres ficticios con el objetivo de preservar la integridad social y el más absoluto anonimato de mis compañeros y, porqué no, de mí misma,  compartiré con vosotros partes de mis experiencias para que sirvan como reflejo de que, incluso en las más duras circunstancias de soledad y desamparo socio-cultural, hay más razones para reír que para llorar.

Los relatos que estoy escribiendo son:

Relato #1 Esta china es la leche

Relato #2 El cuestionario árabe

Relato #3 Burocracia americana o como no perder los papeles

Relato #1 Venganza cantonesa

No pertenecen a este blog si no a un experimento diferente, haz click sobre el título si te interesa leerlo, si eres más de mirar que de leer disfruta de las demás entradas que vienen con fotografías :)